La lucha contra el Sida se debe dar, primero que nada, por medio de la prevención. Y en Costa Rica carecemos de tal cosa. Y, lo que es peor, lo poquísimo que en esa materia se hace invisibiliza a las poblaciones más vulnerables y en mayor grado afectadas. De ahí lo que estamos observando y tanto nos alarma: el creciente número de infecciones en muchachos jóvenes.
Pero, además, es importante enfatizar que no basta con el tratamiento médico. Son indispensables las redes de apoyo y acompañamiento. Reconocemos el meritorio esfuerzo que hace la Caja del Seguro Social, pero es preciso advertir que persisten grandes falencias, sobre todo cuando la enfermedad se entrevera con violentos prejuicios asociados a la orientación sexual y/o identidad de género. El estigma y el rechazo afectan gravemente la tranquilidad emocional de las personas, debilitan su adherencia los tratamientos y ponen en riesgo sus vidas. Urge generar respuestas institucionalizadas para atender y acompañar esos casos.
Los servicios de atención y de prevención se han privatizado parcialmente, a manos de una institucionalidad para-estatal, en parte sostenida por recursos de la cooperación externa, aunque en algunos casos también reciben fondos públicos. Hay dudas muy razonables sobre la eficacia de lo que se hace, y también denuncia de abusos, sobre todo en la atención a personas en estado de calle o que han sufrido el abandono por parte de sus propias familias, todo lo cual es muy preocupante.
Sigue existiendo discriminación en sitios de trabajo, espacios educativos y en muchos otros ámbitos. Es importantísimo sensibilizar a la población, fortalecer la educación en materia de derechos humanos y reforzar la legislación que proteja a estas personas.
Los asuntos pendientes en materia de lucha contra el sida en Costa Rica siguen siendo muy grandes. Ello impacta dolorosamente sobre la dignidad y la vida de muchas personas, algo que consideramos inadmisible.
Mantendremos una actitud vigilante y de denuncia frente a tales situaciones, siempre con la mejor disposición a colaborar y construir, y nuestra mano solidaria tendida hacia quienes lo necesitan.
Dr. Luis Paulino Vargas Solís
Presidente Movimiento Diversidad Abelardo Araya