La homosexualidad en la historia: En la piel de diez hombres clave de la historia que fueron gays

En ocasiones perseguidos y otras veces ignorados. Son muchas las personalidades que fueron tratadas de manera diferente por su condición sexual. Aun así, muchos homosexuales lograron dejar huella en la historia, ganándose un nombre por sus acciones, inventos o palabras.

A lo largo de la historia, la visión que la sociedad ha tenido de la homosexualidad ha sido cambiante. Prueba de ello es que en la Antigua Grecia no estaba mal visto que dos hombres mantuvieran relaciones sexuales. Nuestro repaso a la historia comenzará, entonces, por dos de los filósofos más importantes de esa cultura.

Sócrates fue uno de los pensadores más influyentes de la historia. No ha llegado a nuestros tiempos ninguno de sus escritos. Por suerte, tenemos constancia de su visión del mundo a través de otros, como los de su discípulo Platón. En su momento Sócrates supuso un antes y un después en la filosofía ateniense.

Tanto es así, que el llamado «método socrático» aún es estudiado en la actualidad. Se sabe con seguridad que este maestro tenía relaciones sexuales consentidas con sus alumnos jóvenes. Esto no fue bien visto por todo el mundo. En determinado momento de su vida se le acusó de corromper la mente de los jóvenes. Se le juzgó por alejarlos de los principios de la democracia, además de no ser fiel a los dioses. Aunque podría haber eludido la condena por tener amigos influyentes, decidió morir envenenado por cicuta.

Al igual que su maestro, Platón también vivió en la Antigua Grecia. Su influencia en filosofía es incalculable y fue fundador de la Academia. Ahí se impartía no sólo formación filosófica, sino también matemática y de otras ciencias. Grandes matemáticos de la historia, como Eudoxo de Cnido, se formaron allí. Además de todo esto, se sabe de Platón que se sintió poderosamente atraído por el cuñado de Dionisio, Dion. Con él llegó a mantener una relación carnal, aunque es sabido que no fue el último de sus amantes homosexuales.

Uno de los alumnos de Platón, Aristóteles, fue a su vez maestro de Alejandro Magno. También llamado Alejandro el Grande, se dice de él que era un genio militar. Esto queda demostrado cuando en once años de guerras continuas no perdió ni una sola batalla. Fue capaz de convertirse en conquistador de prácticamente todo el mundo conocido.

Era tan buen táctico que fundó la ciudad de Alejandría al reconocer en el emplazamiento vacío un lugar próspero. A pesar de haber tenido varias esposas, no dejó descendencia. Se dice que esto es porque su amor principal era para un hombre, Hefestión. Además, en aquellos momentos en las filas del ejército la homosexualidad y las orgías eran prácticas comunes.

Al igual que Alejandro Magno, de Julio César se dice también que pasó mucho tiempo manteniendo relaciones homosexuales. Él también yació con mujeres, como Cleopatra, pero se dice que estaba enamorado de un prisionero de guerra, Vercingetorix. Tras llevárselo como prisionero para mantener relaciones con él durante cinco años, acabó por ordenar su ejecución.

El motivo, al parecer, fue que el prisionero no aceptó ser su amante en público. Tanto Alejandro Magno como Julio César son dos ejemplos de hombres homosexuales que rompen con el arquetipo tradicional. Ambos eran bravos guerreros y líderes militares. Esto deja claro una vez más que las preferencias sexuales nada tienen que ver con la mal llamada masculinidad.

Son muchos otros los que han pasado a la historia, y de los que se tiene constancia de su homosexualidad. Miguel Ángel, Leonardo, Shakespeare… El mundo del arte está lleno de ejemplos. Es lógico, teniendo en cuenta que muchos han usado el arte como válvula de escape.

Ante una sociedad que no te comprende, que te oprime y juzga, el arte es una forma de huida. Una manera de expresar lo que uno siente, de ser libre. A los nombres citados podemos añadir a Oscar Wilde, o al inmortal Lorca. El primero fue condenado por su homosexualidad, y el segundo asesinado por ella.

Y no podríamos hablar de homosexualidad en la historia sin hablar de un caso más moderno: Alan Turing. Criptógrafo, matemático, lógico, filósofo, biólogo… La formación de Turing era excepcional, y su trabajo fue imprescindible para que los aliados ganasen la Segunda Guerra Mundial. La película de 2001, Enigma, trata de mostrar cómo su aportación fue crucial. En definitiva, Turing construyó una máquina capaz de descifrar los mensajes secretos nazis.

Con esto, las potencias aliadas pudieron adelantarse a sus pasos y ganar la guerra antes y con menos bajas. Desde siempre se ha considerado a Turing como al padre de la informática. Con la guerra ya finalizada, Turing fue procesado por ser homosexual. Seguro de que no tenía nada que ocultar, aceptó los cargos y la condena: castración química. A partir de ahí, su vida fue en picado profesional y personalmente. Finalmente murió en 1954, dos años después del juicio, por ingerir una manzana envenenada. Aunque la versión oficial siempre fue el suicidio, muchos creen que su muerte pudo ser provocada por otra persona.

Como puedes ver, a lo largo de la historia con muchas las personalidades homosexuales que han dejado huella. Es cierto que a día de hoy en nuestro país las cosas han mejorado. Sin embargo, también es evidente que no hace tanto tiempo que eso es así. A veces olvidamos que menos de un siglo atrás la homosexualidad aún era condenada por la ley. Y aún es así en muchos países. Esto nos demuestra que aún nos queda mucho camino por recorrer. Y debemos hacerlo juntos.

Fuente: